EL TRICLINIUM
Es el comedor tradicional romano, donde se recostaban y celebraban sus banquetes conversando relajadamente.
El nuestro es un triclinium de jardín, con vistas al peristilo y es para hacer comidas al aire libre, pero a la sombra y protegidos del viento.
Es perfecto para entre cuatro y nueve comensales, pues al confluir las cabezas al centro se suele mantener únicamente una conversación, contrastando con el bullicio de los comedores contemporáneos.
Aquí es una gozada comer o cenar, sin prisa, escuchando la música, la fuente y los pájaros.
Este es el lugar para estar en compañía, honrando las palabras de Epicuro: "Debemos buscar alguien con quien comer y beber antes que buscar algo que comer y beber, pues comer solo es llevar la vida de un león o de un lobo."
En el centro hay un pequeño estanque donde flotan barcos con los aperitivos, que son impulsados por los comensales para que naveguen entre unos y otros.
El triclinium es abastecido por una cocina recreada como los fogones romanos, para hacer las mejores recetas del surtido culinario imperial.